viernes, 5 de agosto de 2011

El hacha

Título: El hacha
Autor: Gary Paulsen
Editorial: Noguer, Barcelona, 2001
Título original: Hatchet
Año de publicación en inglés: 1987
Argumento:
Brian Robeson, un chico americano de 13 años, se dirige en avioneta al norte de Canadá donde debe pasar el verano junto a su padre. Sus padres se acaban de divorciar y Brian lo lleva un poco mal. Antes de la partida, su madre le ha regalado una pequeña hacha para que la utilice en los bosques canadienses con su padre. Lo que ella no puede imaginar es que esa hacha le salvará la vida. Y es que la avioneta sufre un accidente y Brian se encuentra sólo y perdido en medio de un bosque a orillas de un lago en forma de "L". Allí deberá aprender a sobrevivir, buscando alimento y protegiéndose de los peligros que le acechan.
¿Por qué vale la pena leer esta novela?
 Porque nos atrapa desde el principio en una trama que , aunque está muy lejos de lo que nos puede pasar en nuestra realidad inmediata, resulta creíble y acabamos identificándonos con el chico. Para Brian la supervivencia resulta difícil y sus referentes no son más que los documentales o las películas que ha visto. Así no nos encontramos en el típico lugar paradisíaco donde todo sale bien a la primera y sin esfuerzo. El protagonista sufre derrotas, comete errores, pasa hambre, se desanima... pero también consigue construirse un refugio, obtener fuego, pescar y cazar y, sobre todo, hacerse fuerte mentalmente. De ahí que, más que ante una novela de aventuras, estemos frente a una novela de aprendizaje, donde seguimos los pasos de un protagonista que crece, madura y aprende a base de pruebas y experiencias que le transforman. En definitiva, nos encontramos ante una preciosa historia de superación personal y de amor por la naturaleza que nos da ganas de sobreponernos a nosotros mismos y luchar por combatir nuestros miedos y nuestras limitaciones.
Y como muestra un botón:
"Nunca había sido gordo, pero sí rechoncho, con unos kilos de más en los costados, exactamente por encima del cinturón.
Esos kilos habían desaparecido totalmente y su estómago se había hundido por el hambre pasada y el sol lo había tostado y quemado, así que estaba curtido, y con el humo de la fogata su cuerpo empezaba a parecer de cuero. Pero el cambio se había operado más en su mente que en su propio cuerpo, o -al ritmo que iba- así sería.
No soy el mismo, reflexionó. Veo y oigo de diferente manera. No sabría decir cuándo se había operado el cambio, pero el caso era que había sucedido; si ahora un ruido llegaba a sus oídos, no lo había acabado de oír cuando ya sabía de qué se trataba. Se volvía y lo veía  -un tallo partido, un movimiento  del aire- y conocía el sonido como si su mente  de algún modo pudiese remontarse desde las ondas del sonido hasta su origen.
Era capaz de saber de qué tipo de ruido se trataba casi antes de darse cuenta de que lo había oído. Y cuando veía algo -un pájaro moviendo una ala en un arbusto o un rizo en el agua-, realmente lo veía y no sólo lo notaba tal como solía notar las cosas en la ciudad. Era capaz de ver todos los detalles de lo que fuese; ver el ala completa, las plumas , el color de las plumas, ver el arbusto, y el tamaño y la forma y el color de sus hojas.
Veía cómo la luz variaba con los rizos del agua y que era el viento el que producía esos rizos y la dirección que debía tomar el viento para que se produjesen en un sentido determinado.
Nada de todo eso solía caracterizar a Brian y ahora aquello formaba parte de él, una parte modificada de él, una parte nacida dentro de él, y ambas partes, su mente y su cuerpo, se habían coordinado tan bien, se habían trabado tan perfectamente el uno con la otra que ni siquiera lo entendía. Cuando sus oídos percibían un sonido o sus ojos avistaban algo de interés, su mente tomaba el control de su cuerpo. Sin ni siquiera pensarlo, él se movía en dirección al sonido o la imagen, se movía para disponerse a lo que fuese para hacerle frente.
Tenía que hacer cosas." (pág. 102-103)
Información sobre el autor
Gary Paulsen (Minnesota, 1939) es un prolífico y famoso escritor americano de literatura juvenil. Si te defiendes con el inglés, no dudes en visitar su página oficial.
Película
La novela ha sido llevada al cine bajo el título Un grito en la naturaleza.
Portada de la edición americana
Portada de la edición francesa
Espero que esta reseña te de ganas de leer la novela. Yo llegué a ella leyendo la siguiente entrada de un blog lleno de libros para leer: http://literaturajuvenilyfantastica.blogspot.com

3 comentarios:

  1. Qué chula la reseña... es una muy interesante y entretenida novela... de las que se disfruta leyendo y viviendo y pasando frío con el protagonista.

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  2. Me ha gustado la historia. La fuerza de Brian me impresiona. Su forma de reaccionar
    después del accidente es ejemplar. Esta solo, depende de él mismo para sobrevivir, y actua
    inteligentemente. Lo primero es mantenerse vivo, buscar comida y refugio. El hacha, regalo de
    su madre le ayudara a ello. El dolor por la separación de sus padres, pasa a un segundo lugar.

    En el bosque empieza a sentir sensaciones nuevas, sonidos como el silencio, lo escucha por
    primera vez.

    Tiene momentos de desaliento, que supera siempre con optimismo. Se siente capaz de todo y
    no se rinde, y ello le llena de orgullo.

    El dia del rescate, tiene un sentimiento de perdida, la naturaleza, le ha dado mucho, se siente
    diferente, más grande, más fuerte.

    Un buen libro, valoración 8.

    Samuel Martinez

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  3. Leyendo tus comentarios, Samuel, todavía da más ganas de leer el libro. Por lo que he visto en Internet, el libro es todo un clásico en Estados Unidos y el autor recibió tantas cartas quejándose por el rescate, que hay una continuación en la que Brian debe pasar el invierno en el bosque. Además hay dos continuaciones más a la historia. Todo esto se explica en la página web de Paulsen (en inglés). Las continuaciones de la novela, que yo sepa, no se han traducido, así que habrá que leerlas en inglés...
    No os perdáis esta novela, aunque hayamos desvelado el final (le rescatan sí) y aunque apenas haya diálogos (tan sólo en el primer capítulo) se lee de un tirón y al acabarla uno se siente diferente: con ganas de vivir pruebas que nos permitan superarnos a nosotros mismos y con ganas de vivir más en comunión con la naturaleza.

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